martes, 16 de noviembre de 2010

Opening Night (Noche de estreno), John Cassavetes 1977






La película Opening Night (Noche de estreno) de John Cassavetes, que es, como en otras cintas que hemos visto, el autor, director y también colabora como interprete de la misma. Se trata de una obra singular por muchos factores pero tal vez lo mas llamativo es por tratarse quizás de la mas cuidada simbiosis de cine y teatro, no solo por su resultado final sino también por su expresada intencionalidad

Así es: desde la forma de elaboración del rodaje, en la que abundan los planos de las escenas vistos desde el punto de visión de la butaca del espectador, pasando a la visión desde detrás del escenario, o a la de dentro del mismo, todo ello asegura una percepción absoluta y tridimensional del acto creativo y de lo que es una representación teatral, pero a su vez con la magia y objetividad de la cámara de cine.
La interpretación de los actores principales, como suele ser frecuente en este tipo de obras, es impresionante se nota que los actores están enamorados del guión y aman profundamente su oficio, pues por si mismos al margen de escenarios, podrían captar la atención del espectador simplemente con sus diálogos y sin cambios de planos, ósea en teatro puro.

Hay que destacar sin duda la increíble interpretación de Gena Rowlands quizás por interpretarse así misma en el papel de una actriz como Myrtle Gordon, y también de un rostro reconocido de otras películas mas comerciales: Ben Gazzara, y la del propio Cassavetes, que al contrario que otro tipo de directores-actores lo hace muy natural en esta obra, olvidándose de que también es el director
La historia que narra esta “película-teatro” trata de las obsesiones del propio Cassavetes sobre el miedo existencial a la vida, concretado al paso del tiempo y a la soledad del hombre, tal vez las dos espadas de Damocles de nuestro tiempo.

Para ello utiliza a una actriz como protagonista y representante del ”teatro de la vida”, en una edad critica y la enfrenta a los grandes cambios y miedos de la vida, esto es, a situaciones incontrolables y limitantes, como el paso del tiempo y la vejez,.. soledad, enfermedad, perdida de belleza, etc... Hay que reconocer que, desde ese punto de vista y en este sentido, por tratarse de sentimientos profundamente humanos, su obra ya es universal.

Lo cierto es que también Cassavetes desnuda en cierta manera su espíritu y nos descubre sus miedos, y se retrata a si mismo, pues en esta obra se olvida en todo momento la referencia trascendente del hombre, … y es que, para cualquier artista, que se supone tiene hiperdesarrollada su sensibilidad y creatividad,.. y también su capacidad para percibir la realidad con mayor número de matices que el resto de los humanos, carecer de Fe, como dijo Graham Green, debe ser un infierno y tiende a percibirse la vida desde la desesperación,

De ahí la referencia continua al alcohol en esta película, con largos y primerisimos planos de los actores tomando e incluso del acto de llenar el vaso de wisky, la filmación del acto de tomar como acción de respuesta y como evasión autodestructiva a los miedos del hombre de hoy.
Se podría decir que es este el alcohol el tercer gran protagonista de la película y cuyo papel bien se podrá llamar “desesperanza”,

También decia que llama la atención los planos de las imágenes tomados desde distintos ángulos de referencia y la luminosidad de las escenas, que resulta fascinante y da una mayor expresiva y realismo a la actuaciones de los actores, ademas con sus primeros planos.

Al principio de la película la fotografia del primer plano de los ojos de Myrtle Gordon, parece ya anunciar que se trata de un retrato profundamente humano y que busca deliberadamente y casi desesperadamente, como los cuadros de el Greco, expresar su alma.
Por lo demás hay que destacar sin duda el juego mágico de lograr que el espectador vea la historia desde dentro, desde fuera y tal vez solo se podría extrañar poderlo ver también desde Arriba.

En cualquier caso, sin duda por los temas que trata, tan radicalmente humanos y por el retrato que hace de la sociedad y de nuestro tiempo, ya es una obra que entra por si misma, con letras de oro en la historia del arte cinematográfico

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